jueves, 23 de febrero de 2012

PENSAMIENTOS CORROSIVOS EN EL CINE


Muchas películas, independientemente al género que pertenecen, se desarrollan con el método, “La solución de problemas a través de la violencia, en sus diversas formas”, inculcando en muchos espectadores, este método, para solucionar sus problemas cotidianos. Esto se da por el alto poder persuasivo de los argumentos, de los personajes y los pensamientos que se emiten, disfrazados hasta de inofensivos, pero con una filosofía altamente corrosiva en el espectador.

A través de la historia del cine, estos pensamientos toman mayor protagonismo desde que apareció el Film Noir (cine negro), variante del cine policial, que se desarrolló entre los años de 1940 y 50. Tenemos por ejemplo la película, “El Halcón Maltes” (1941), cuyo argumento gira en torno a la escultura de un halcón de oro que fue confundido como una baratija, debido a que fue pintado con un esmalte negro. Este suvenir, generó la ambición de Kasper Gutman, quien procuró la muerte de mucha gente por conseguir la estatuilla y cuando la policía estaba a punto de apresarlo, entrega como culpable de todos los asesinatos, a su fiel compañero, a quien había considerado como a un hijo, diciéndole fríamente, “Si pierdes un hijo, siempre es posible conseguir otro, pero hay un solo halcón maltés”.
“La soga”, (1948), de Alfred Hitchcock, está inspirada en el ensayo de Nietzsche “Los superhombres y los mediocres”. La historia gira sobre dos universitarios destacados que llevan a la práctica esa teoría, proponiendo vencer sus propios miedos, para ello, ahorcan a un compañero de estudios y lo esconden en un baúl. “Matamos solo por sentir el peligro y poder dominar ese miedo”, “El poder matar puede ser un arte tan gratificante como el poder crear”, dice uno de los asesinos, pero eso no es todo, en el mismo lugar, como acto seguido del asesinato, se sirvió una cena para los familiares y amigos del occiso, quienes desconocían la escalofriante trama en la cual formaban parte. “Debemos convertir una obra de arte en una obra maestra”, “Es la firma del artista”, “¿Para qué pintar un cuadro y no exhibirlo?” sentencia complacido el estudiante Brandon. (John Dall).
En “La Naranja Mecánica”, un grupo de médicos, guiados por la teoría “Las limitaciones que tiene el hombre para elegir entre el bien y el mal” proponen ayudar científicamente a un delincuente confeso a través de métodos macabros para convertirlo en un hombre de bien.
“Milenium I” además de mostrarnos al hombre que odiaba a las mujeres, nos presenta a una hacker justiciera, que lleva al espectador hacia un compadecimiento y consentimiento sobre sus métodos crueles de “justicia”.

En el Cine Psicológico, resalta las facultades de la mente en su capacidad maliciosa que gozan de gran simpatía. Así tenemos en “El talento del señor Ripley”, a un Matt Damon simpático a todos; en “Psicosis”,  vemos a un enamorado Anthony Perkins; en  “Las dos caras de la justicia” a un Edward Norton asustadizo; y a un inteligentísimo Anthony Hopking en el papel del doctor Lecter, quitando la sensación de culpabilidad a un asesino, “¿Te gustó tu primer asesinato? Por supuesto ¿y por qué no? Dios también lo disfruta, la semana pasada en Texas desplomó un techo sobre 34 feligreses que le entonaban un rezo”

El Cine Gánster, nos presentan al policía como un ser corruptible, mientras que la mente delictiva se presenta como brillante, veamos la saga de “El padrino” y sus frases: “Tengo una oferta que no podrá rechazar”, “Haz que parezca un accidente”, “Que nadie sepa lo que en esencia piensas”, etc.

Cuando la mujer asume protagonismo malicioso se le llama femme fatale. Son mujeres que haciendo uso de su belleza y el sexo se vuelven irresistibles, convirtiendo al varón en meros serviles. En “El cartero llama dos veces”, con una seductora interpretación de Jessica Lange, quien a pesar de estar casada, decide mantener un romance con un vago de carreteras, “Siempre hay una forma de estar solos” dice el amante, pero ella con toda la determinación le sugiere “¿y si fuéramos solo tú y yo?”, entonces, él, arrastrado por la pasión accede al cruel petitorio de matar al esposo para estar solos. En esta fila de mujeres, están Glenn Close en “Atracción fatal”, Emmanuelle Seigner con “Luna de Hiel”, entre otras.
En el Cine Gótico, la película “Déjame entrar”, narra las peripecias de una pequeña vampira solitaria, de rostro demacrado e “inocente”, con capacidad de volver al espectador  compasivos de su desgracia y cómplice de sus crímenes. Y en “El abogado del diablo”, Al Pacino, interpretando al mismo Satanás es exquisitamente persuasivo, “Todos me echan la culpa de lo que les pasa, pero yo solo pongo el pecado cerca de la gente, depende de ellos, si lo tocan o no. Libre albedrío”
En la lista de los héroes tenemos a “Batman, El Caballero de la Noche”, trayéndonos a un irascible pero divertido Guasón, que nos vierte su pensamiento, “La lealtad es relativa”, a través de un embudo persuasivo, “Crees que tus perros son fieles _le dice a otro refiriéndose a sus guardaespaldas_ que tal si te corto en pedacitos y te echamos a los perros para ver hasta qué punto son fieles”; y entre los antihéroes, tenemos en “Kick Ass”, a Nicolas Cage, en el papel tutorial de su hija, en la manipulación de armas y la fácil resolución de matar.

Parafraseando la frase de Edward Bulwer Lytton “La pluma es más poderosa que la espada” y repetida por el Guasón de (1981), podemos concluir diciendo “El cine es más poderosa que la espada”.

Mr. Ripley gozando de simpatía

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